jueves, 19 de febrero de 2009

Philippe de Champaigne (Bruselas, 26 de mayo de 1602 - París, 12 de agosto de 1674) fue un pintor francés clasicista de origen brabanzón. Se le conoce sobre todo por los austeros cuadros que pintó para la iglesia. Nació en una familia de mucho dinero. Fue alumno de Fouquières, pintor paisajista. Llegó a París en 1640, para perfeccionarse, y trabajó con Nicolas Poussin en la decoración del Palacio de Luxemburgo, bajo la dirección de Nicolas Duchesne, y se casó con su hija. Cayó bajo la influencia del jansenismo después de que su hija paralizada fuese milagrosamente curada en el convento de Port-Royal. Pintó entonces su célebre y atípico Ex-voto en 1662. Este cuadro, hoy en el Museo del Louvre, representa a la hija del artista con la madre superiora Agnès Arnauld. Expresó en sus obras el pensamiento jansenista. Sus composiciones son simétricas, con sofisticados drapeados y colores frescos (azul intenso, rosa). Philippe de Champaigne fue belga de nacimiento, pero francés de profesión. Su papel en la corte de Luis XIII fue fundamental, puesto que actuó como favorito de Richelieu, a quien retrató en el esplendor de su poder. Trabajó con los mejores pintores del momento, colaborando con Nicolas Poussin en la decoración del Palais du Luxembourg. Fue pintor de corte de la reina madre María de Médici, la protectora de Rubens, y del rey Luis XIII. A lo largo de su vida fue reduciendo los desmanes del Barroco en pro de un estilo contenido y grandioso. Tal vez sea su obra la que mejor puede ilustrar ese barroco clasicista que imperó en Francia durante el siglo XVII. Su trayectoria personal influyó grandemente en su obra. Uno de los giros más importantes en su evolución hacia un estilo depurado lo marcó su contacto e integración en una secta jansenista, que propugnaba la sencillez de la forma de vida. Su hija, paralítica, profesó como religiosa en la abadía jansenista de Port Royal. Su enfermedad fue curada milagrosamente, y el artista obsequió a la abadía con un hermosísimo ciclo de frescos, tal vez de lo mejor de su producción, en uno de los cuales se recogía el milagro de su hija. Champaigne revolucionó el retrato con su originalidad. Es mítico el retrato triple que hizo de su protector, Richelieu, en el cual captaba su psicología astuta y poderosa de frente y de ambos perfiles. Otra obra maestra debió ser su autorretrato, hoy perdido, que conocemos por reproducciones de la época.


Esta obra es la ultima cena pintada por Champaigne en el siglo XII es oleo sobre lienzo y el pintor primero estaba influenciado por el arte barroco pero despues de q su hija despues de estar paralizada quedo totalmente curada sin razon alguna se unio al jansenismo moviminto de la iglesia .


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